Mientras vagaba por las nubes negras
y obscuros caminos peligrosos,
me di cuenta de que tan tenebroso
era perder los alegres días.
Perdido en el alcohol inhumano y venturoso
recorrí maldades y bondades,
¡hipocresías en todas las Ciudades
perdiendo mi alma la alegría y el gozo!
Quise volver atrás... y sin embargo
el tedioso camino me mataba,
pensé en el suicidio matar penas, fue ahí
cuando una mano amiga ayudó a quitar el cardo
que atormentaba mi alma y pasada
la pesadilla... la serenidad volvió a reinar en mi,
fue cuando me di cuenta que, para erradicar males
la voluntad y la ayuda implica mucho,
logrando hacer felices los finales.
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