Si el mundo entero descubriera el canto
de las gaviotas que danzan en el mar
y contemplaran en la noche
sol y luna brillantes;
si fuera el alma también como las aves
que gustan de volar
y barrios pobres enjugaran llantos.
Si los poemas no fueran la sonrisa
de un poeta que busca sin hallar
risas de encanto;
si todo el mundo, tan solo todo el mundo
buscara en vez del llanto
y de lágrimas un mar
de amor, de paz, de encanto,
las almas todas rebosarían de gozo,
las esperanzas se harían realidades
y el universo feliz
nos cantaría una canción de cuna,
en el arrullo armonioso y sutil
de un dios que todo,
todo en absoluto sabe dar
en su bondad eterna…
siempre.
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