Te mire... me diste
tu sonrisa,
viví en tu mundo feliz de amor,
labios rosados
envolvieron sin más
mi pensamiento y vida.
Murió la flor de mi jardín
dorado,
bellos ojos negros, profundos,
se apagaron;
marchitó el corazón.
El invierno en su sombra oscura,
natural vivencia humana,
una esperanza nunca muere...
insípida falacea.
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