Tañen campanas sus lamentos,
mil abejas en torno a mi cabeza
desdichan la existencia.
Mi abismo se pierde...
Cada mirada es abofeteo a la inocencia.
La dulzura fenece, esperanza,
el amor ya no brilla, estrellas
no alumbran y la muerte... aguarda
paciente.
Andrajosa en guiñapos rengueando
la vida.
Han caído valientes, resucita
ignorancia,
la inspiración volvióse mariposa
y se perdió a final de primavera.
Esfinges objeto que viven la vida,
pasadizos claros y oscuros
envuelven existencia,
si, llora...
Dios sabrá que hacer
mientras fementidos inconscientes
ahoguen lamentos en carcajadas.
Llegará el día y tremarán.
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