Y se ha perdido...
en el ocaso infinito
de mis penas
inmensamente claro,
se ha perdido por siempre.
Pudo ser buen amor
más mis caprichos
convirtieron la vida en muerte.
Estallar en furias quiera mi alma
al encontrar culpable
y me detengo, consciente
de que el sable siniestro
de cariño es mi alma.
Señor... no encuentro la razón
de mi existencia,
vivir sin amar es osadía,
amar sin vivir casi demencia,
reír y llorar la culpa mía.
Y se ha perdido en el océano
infinito de mis penas,
¡Oh, melancolía!,
¿podrás abandonar
mi existir dinámico
algún día?
Destino de mi vida,
si duro conmigo mucho has sido,
enseña nuevos rumbos.
Amanece...
hoy nace el nuevo día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario