El viento sopla dulcemente
anunciando que la lluvia se aproxima,
nubes negras se ven sobre la cima
y vienen recuerdos a mi mente.
Recuerdos... que ya han quedado en el pasado,
recuerdos de glorias y de penas,
de noches serenas y risueñas,
de días felices y pasados.
Recuerdos de amores y disgustos,
de mares azules y brillantes,
de caballos blancos rocinantes,
recuerdos de sabores y de gustos.
Y todo el pasado es recuerdos y recuerdos
porque los días y las noches van pasando,
porque el ser humano va sufriendo y va gozando,
porque van quedando atrás viejos recuerdos.
O...¿quién me niega que el pasado es el pasado?
¡Nadie!, porque no estaría consciente
que el cuerpo y todo va cambiando con la mente;
en verdad, todo atrás ya ha quedado.
Y hoy en nuestro juicio sano y cuerdo
con suspiros largos nos decimos,
¡vaya días felices que vivimos!;
pero hoy solo queda un gran tesoro...
el recuerdo.
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