Hay estrellas que brillan con un halo invisible,
corazones nacidos de la flor de un Edén,
son aromas de rosas, es el alma sensible
de un espíritu dulce de glorias y de bien.
En el fondo del alma, donde habita nuestro ángel
en gestos amigables vuelve a la realidad,
renacen ilusiones, flores del verde valle,
es el prado gigante de amistad y verdad.
Y en un verso sublime de sensatas realezas
se entregan los deseos que denotan belleza
a un ser humano hermoso con me alegre canción.
Porque el triunfo y la dicha para ellos es dado
no importan los obstáculos si el destino forjado
se encuentra definido con Dios y una oración.
Mayo 22 de 1992
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