La tinta no importa si es que escribe,
tampoco el burro que entienda,
después de todo el poeta en la contienda
a través de los versos se describe.
Una vez un erudito Zeta
quiso sentir la inspiración en prosa,
aludiendo el ocaso, amor y rosa,
paso ciego a la puerta de la beta.
Y acabóse solo, en holocausto
escribiendo versos con holgura,
quiero decir, de intelecto gran basura
y de imágenes vergüenza de Picasso.
Más le valió un desdén
y siguió en su vida de perfidia,
llegaba la noche que al punto de la insidia
veía a lo lejos gran edén.
Quiso volar cual gaviota en el viento
siendo pescado muerto al aire sin aliento
y en éste verso simple y criticable
sólo el poeta desenvainaba el sable,
diciendo de metáfora no hay acción.
Ay Señor, con que hondo sentimiento
deje volara el alma y pensamientos
del hombre sabio, erudito, confortable,
de verso vano, vacío y desechable
pues no tenía en ellos la gran inspiración.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario