Maldita droga perdedora de seres,
de amigos, niños y señores.
Son grandes tus malignos poderes,
tus poderes de escoria, los peores.
Ya casi alcanzas la cumbre de la vida,
pues has logrado muerte de humanos,
haces olvidar que en el mundo todos son hermanos
pero algún día a los pies caerás rendida.
Si, a los pies de la niñez que aún no nace
caerás con el yugo sobre el cuello.
No se cuanto tiempo pase,
pero ese día... ese día nacerá algo bello.
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