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martes, 3 de marzo de 2009

7. CANTO LIBRE. Por: Victoriano Sánchez Carbajal.

Ya no hay lágrimas en el mundo,
todas rodaron,
ha fenecido el alma.
Ya los sentimientos no son racionales,
meditan los niños el tomar venganza,
odio hay entre razas.
El perro y el gato viven como hermanos,
cual más los salvajes instintos
dan lugar al amor.
Ya ni los poetas hablan con dulzura,
nadie se preocupa por sus semejantes,
hombre egoísta,
ya no hay paz ni amor.
Brusca delincuencia vuélvese un ejemplo
a la gente humilde,
la sangre es el premio, muerte la alegría,
en un mundo que agoniza,
nuestro mundo.
Háblanos corazón,
háblanos de amor.

II

Hay un poema que nadie ha escrito
y todos conocen,
una canción que enmudece
labios y enciende corazones;
donde la inspiración habita,
donde los sueños se vuelven realidad.
Hay una canción que todos conocen
y nadie canta.
El ser humano siente vergüenza
de escuchar su corazón.
Hay una canción
que en las soledades es apreciada,
en nuestro mundo monótono no hay lugar
para ella, vale más el poder,
el exterminio entre hermanos,
entre razas,
no vale la razón
del corazón.
Y éste canto que todos conocen
cuando sea entonado por el mundo,
será un mundo nuevo, una nueva raza,
la generación de oro,
del amor,
en el mundo que agoniza,
nuestro mundo.
Háblanos corazón,
háblanos de amor.

III

Mientras estrellas nacen,
en el limbo de almas nonatas
deseosas de fulgente corazón,
ruedan al mundo mutilados rostros,
desechos de guerras y hambre,
producto de escoria humana;
fantasías claudican
bretadas de perfidia,
frustra benignos sentimientos.
Sarcásticas imágenes
doman cariños callados;
arde el planeta,
se pierden nociones;
gestos de amor exacerbados,
lágrimas perdidas en el tiempo
lavan y desnudan
sencillez inocente.
De un alma que hoy nace
y crece.
En un mundo
que agoniza,
nuestro mundo.
Háblanos corazón,
háblanos de amor.
IV
Dios que cuidas mis pasos,
mostrarte quiero el alma desnuda,
la esencia pura, introspectiva de mi ser
que ofrendo en acciones.
Tomar para bien, del país inspirado
cúmulos fantásticos de amor.
Embellecer las letras,
que saetas de bien hieran a los hombres
en hondas reflexiones.
Nublado y de noche,
pesa la venda de ignorancia.
Señor, para ti lo bello de mi hogar,
que es tu casa, aunque tu casa vendan,
en éste mundo que agoniza, nuestro mundo.
Háblanos de amor corazón,
no mueras sin razón.

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