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martes, 3 de marzo de 2009

15. EL DIA QUE YO MUERA. Por: Victoriano Sánchez Carbajal.

El día que yo muera... el día que yo muera
no quiero más llantos que los de mi alma
cansada y doliente... no quiero que lloren
por lo ya perdido... perdido por siempre.

El día que yo muera... el día que yo muera
que no haya silencio sepulcral y amargo...
pues después de muerto no quiero morir
más por las tristezas que vea en los semblantes
y ojos desvelados.

Quiero que, una despedida
sencilla y sensible le den a mi cuerpo
y a mi alma presente... diciendo poemas
de amor, y tenue armonía de paz.

Quiero que recuerdos del pasado triste
y quizás alegre, broten al ambiente
de licor y humo de los cigarrillos.
El día que yo muera... el de aquello muera
no quiero sentir más hipocresías
de las ya vivido. No quiero que digan:
Bueno fue su vida... no quiero
dar el sentimiento amargo de lástima y pena
en la noche serena, el día de mi velorio...
y si la tristeza los embarga a todos
declamen... algunas poesías o canten canciones.
Y si una guitarra se encuentra cercana
con sus notas tristes acompañe versos que quizá
al pasar del tiempo, solos, al olvido se entierren
por siempre... igual que mi cuerpo...
Y si mis amigos encuentran presentes
no quiero puñados de flores... y sólo deseó
por cada presente, una sola flor no de hipocresías,
no... amigos presentes. Una sola flor
es lo que deseo, pero flor sincera.
No quiero que ronden más hipocresías como ya lo dice.
Y que este poema el día que yo muera se lea
y después... lo que Dios desee se cumpla...
No lloren amigos... los dejo por siempre sólo en este cuerpo,
pero yo... con todos ustedes iré
por largos senderos de esta tierra hermosa,
por Dios... ya no lloren... padres...

Adiós... esta es mi última morada,
la tumba vacía que yo ocupare...
una sola flor quiero que me dejen,
una, cada uno, cada amigo mío...
amigo sincero.
Adiós, oh, buen público,
llevaré por siempre hasta el más allá
todos los aplausos...
dejen de llorar,
dejo mis poemas a todos ustedes.
Adiós familiares, amigos, maestros,
público presente, gente que respeto,
mujeres que amé, vecinos, dolientes...
les deja por siempre mi cuerpo
pero yo presente estaré
con todos ustedes en todos mis versos...
adiós... yo ya me retiro, y en son de amistad
una sola flor es lo que deseo y no hipocresías,
adiós... me voy... no por siempre.
El corazón son las flores del jardín del Edén.

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